EL CAMINO, DE MIGUEL DELIBES

Fue un libro que marcó mi adolescencia, allá por 1987, primera vez que leí esta grandísima obra de Miguel Delibes. Casi un cuarto de siglo después, he vuelto a leer mi vieja edición de bolsillo que aún conservo, de Destinolibro 100, y he disfrutado aún más si cabe con “El Camino”. Me ha vuelto a transportar a aquellos años donde uno comenzaba aquella etapa difícil llamada adolescencia, con otras preocupaciones pero con el mismo gusto por la literatura. “El Camino” es una de las obras cumbres de la literatura española en el Siglo XX.

“El Camino” es la tercera obra de Miguel Delibes y se publicó en 1950, en aquellos años tan difíciles para la sociedad española, aún pagando las consecuencias de aquella guerra atroz, de la que España tardó muchos años en recuperarse. Con la maestría y sencillez tan características en la obra de Delibes, “El Camino” nos relata el despertar a la vida de Daniel, el mochuelo, en un pueblo cualquiera del Norte de España. Sus reflexiones y perspectivas cuando  está a punto de marcharse a la ciudad y abandonar su adorado valle, el campo, donde tantas aventuras vive con sus inseparables amigos Roque, el moñigo y Germán, el tiñoso.

Delibes nos presenta una serie de personajes cotidianos de la España rural, probablemente algún pueblo de Cantabria, donde él pasaba la niñez, aunque podría ser cualquier otro pueblo de la meseta castellana. Los cotilleos, las desavenencias entre los vecinos y el poder de la Iglesia, reflejado en Don José, el cura, que marca el comportamiento y el sendero a seguir por los habitantes del pueblo, temerosos de la ira de Dios.

La tragedia y el amor también están presentes en esta obra pero sobre todo me quedo con la relación entre los tres niños, la camaradería que convierte a este libro en algo inolvidable.

Recuerdo que “El Camino” era de lectura obligatoria en el Instituto cuando yo estudiaba y eso provocaba el rechazo de muchos alumnos pero conforme iban adentrándose en la lectura, al final reconocían que no era tan malo. En mi caso, me marcó y después de esta segunda lectura, en otro momento de mi vida completamente diferente, sólo puedo rendirme ante esta colosal obra de la Literatura de Posguerra española. Convendría que los adolescentes de hoy día se acercaran a esta obra y viesen que un tiempo no tan lejano, las cosas no eran tan fáciles en España. Hay episodios que conviene no olvidar.

Se hizo una adaptación cinematográfica en 1964 de Ana Mariscal y una serie de televisión en 1978 de cinco episodios dirigidos por Josefina Molina. No he visto ninguna de las adaptaciones pero he descubierto que en la página de rtve.es se puede ver íntegra la serie. Así que en estos días la voy a devorar aunque con ello pierda en mi memoria el rostro que he imaginado durante todos estos años para Daniel, el mochuelo; Roque, el moñigo; Germán, el tiñoso; Paco, el herrero; La guindilla mayor, La Mica, La uca-uca y todos esos personajes que formaron parte de mi pasión por los libros desde que lo leí por primera vez en aquel lejano 1987, recién salido de la EGB y asustado ante lo que debía afrontar en los años venideros.

Recomiendo leer o releer esta obra cumbre de Miguel Delibes, escrita hace ya muchísimos años pero que aún mantiene su encanto y frescura. Se llama “El Camino”, no lo olviden.

Siempre amaré esta obra.

Lord Buworld

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